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miércoles, 23 de octubre de 2013

"CUANDO ME PRESENTÉ NO CAPTÉ LA IMPORTANCIA DE LOS PREMIOS NACIONALES DE CULTURA"


Clara Velásquez, a sus 23 años, siendo estudiante de artes plásticas de la Universidad de Antioquia fue la ganadora del 40º Salón Nacional de Artes Visuales de los Premios Nacionales de Cultura de 2012. Ella es solo un ejemplo de cómo los Premios Nacionales de Cultura apoyan el talento joven colombiano.


Por Santiago Castro V.
Para A Toda Voz

lunes, 14 de octubre de 2013

A LA VENTA ISAGEN, LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO DEL ESTADO COLOMBIANO


A pesar de las intenciones por frenar la venta de la tercera empresa generadora de energía de Colombia, la acción popular interpuesta por Guillermo Rodríguez -apoderado del expresidente Álvaro Uribe- en contra de la Presidencia de la República, el Consejo de Ministros y el Ministerio de Hacienda ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, aunque fue admitida, no frena la venta de la generadora de energía. 

La decisión de vender el 57,6 por ciento de las acciones que tiene el Estado de Isagen, se tomó luego de un consejo de ministros donde se dio vía libre para liquidar este importante activo. El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, argumentó la transacción como una manera de “transformar un activo donde el gobierno nacional ya no es indispensable, en otro activo donde se requiere el concurso del Gobierno: infraestructura”. 

Isagen es considerada una de las joyas de la corona del Estado. Participa con el 18% del Sistema Interconectado Nacional. La participación pública en la empresa, contando el 13% de EPM, es de un total del 70,6%. El resto está en manos de accionistas particulares, incluyendo extranjeros y fondos privados de pensiones. Además es una de las tres empresas públicas más importantes del país junto a ISA y Ecopetrol.    

La compañía le ha dejado al país más de 800.000 millones de pesos, sin mencionar los 108.000 que se presume deberá entregar el próximo mes de octubre. Solo el año pasado dio 460.903 millones de pesos de utilidades al país. 

El expresidente Álvaro Uribe Vélez es uno de los grandes opositores de la privatización de la empresa, lo curioso es que durante su gobierno, Uribe vendió una parte de la compañía. El 28 de febrero de 2007 puso a disposición de los colombianos un total de 523.973.000 acciones, equivalentes al 19,22% del capital, propiedad del Ministerio de Minas y Energía.   

Según un comunicado de este Ministerio, se llegó a ese acuerdo basados en “lo establecido en el decreto 4482 del 15 de diciembre de 2006 el valor de cada acción privilegiada se fijó en 1.130 pesos moneda corriente y pagarán un dividendo privilegiado de $31,62 pesos por acción por una sola vez”. Con la venta se buscaba recaudar 592 mil millones de pesos, de los cuales el 10% se invertirían en obras para la compañía. 

¿Cómo se hará la venta? 

El precio mínimo por acción fue fijado por el Gobierno en 2.850 pesos. Se hará una subasta donde los inversionistas eleven el precio a pagar. La venta se realizará de acuerdo con lo establecido en la Ley 226; la primera oportunidad será para los empleados, pensionados y entidades de economía solidaria, en segundo lugar para el mercado en general. 

La venta de las acciones que el gobierno tiene de la empresa ofrece una oportunidad de oro  a posibles inversionistas de adquirir importantes activos, dentro de los que se destacan seis centrales de generación ubicadas en Antioquia, Santander, Caldas y Tolima, con una capacidad instalada total de 2.212 MW distribuida en 1.912 MW hidráulicos y 300 MW térmicos, algo que permitiría a una futura empresa llegar pisando fuerte en el rentable negocio de la generación de energía. 

¿Por qué vender?

El ministro Mauricio Cárdenas argumentó en entrevista con el diario El Espectador que “Isagen no se va a regalar, sino que se va vender, y muy cara, para dotar al país de la infraestructura vial que requiere”. 

Según Cárdenas el dinero no se utilizará antes del 7 de agosto de 2014, además insiste en que es una necesidad la venta. “Queremos buenas carreteras, de manera que vamos a seguir nuestro proceso, cumpliendo con todos los trámites y exigencias”.

En el debate ha salido a flote la preocupación por el uso que se le daría a unos recursos jugosos para el Estado, que se pondrían en riesgo  por los previsibles trámites burocráticos o  por la corrupción. 

La venta de la empresa ayudará a la financiación de las concesiones viales de cuarta generación (4G), el ambicioso plan con el que el Gobierno Nacional planea resolver los problemas de infraestructura vial que han aquejado al país, y que con la firma de los tratados de libre comercio con diversos países se prevé un incremento en los vehículos de carga que transportarán mercancías desde y hacia los puertos. Con la venta se esperan recaudar 4,5 billones, una cifra pequeña si se compara con los cerca de 50 billones en los que se ha presupuestado el valor del proyecto vial del gobierno.

...Y por qué no

En la campaña presidencial del 2010 muchos candidatos, inclusive  el ahora presidente Santos, llegaron a un acuerdo: ganara quien ganara no se buscaría privatizar algunas empresas estatales entre ellas Isagen, promesa incumplida.

Cuando un gobierno busca salir de un valioso activo  y venderlo a los privados se debe a diversas razones entre las que destacan: la más importante, que no sea rentable; por no estar bien administrada; por ser un foco de corrupción o utilizarse para el clientelismo; y la más obvia, por necesitar plata. En el caso de Isagen, no existe ninguna de esas situaciones.

En épocas donde la generación de energía se ha convertido en una fuente de poder diplomático en la región, por la escasez de energía que aqueja al Cono Sur, los constantes apagones que sufre Venezuela, la incapacidad de países como Ecuador para autoabastecerse cuando se baja el nivel de sus represas y una interconexión eléctrica regional en manos de empresas colombianas, representa un verdadero despropósito que un gobierno en estas circunstancias piense en deshacerse de un activo que no solo le produce estabilidad económica sino también política. 

Además el próximo año entrarán en funcionamiento dos hidroeléctricas, Hidrosogamoso y Amayá, ambas construidas por Isagen, que incrementarán la producción de energía anual hasta en un 60% y la capacidad de generación en 900 megavatios. 

En la construcción de Hidrosogamoso, ningún privado quiso asumir el riesgo de la construcción de ésta, una de las hidroeléctricas más grandes del país, por lo que  el Estado corrió  con todos los riesgos.  Por qué ahora que se está a poco menos de un año para que entre en operación esta central, el gobierno debe “regalar” el riesgo en el que incurrió al construir el proyecto solo. Ese es uno de los interrogantes que se levantan con el afán de venta.

Una de las preocupaciones que también rodean la venta de la generadora de energía es el interés que puedan tener los privados en la construcción de proyectos que no sean tan rentables económicamente pero que representan una importancia social inminente. Ejemplo de ello es la nueva hidroeléctrica Amayá que entrará en funcionamiento el próximo año en el reconocido, por su difícil situación de orden público, cañón de Las Hermosas. 

Para el Senador Óscar Lizcano Arango, “al ponerle 4,5 billones de pesos a Isagen como precio base para la subasta de la empresa, el Gobierno Nacional está regalando a la generadora de energía”. Según una entrevista publicada por el periódico El Colombiano, Lizcano afirma que la empresa debería valer 8 billones de pesos; argumentando que solo en Hidrosogamoso se ha invertido 4,5 billones, lo que significa que el resto de activos no cuentan. Además no se ha tenido en cuenta el contrato que se tiene con Venezuela hasta el 2017, que le permite surtir a ese país de energía y que geopolíticamente juega un papel importante con las relaciones entre las dos naciones, asegura Lizcano.

Datos oficiales de Isagen señalan que en 2005 la Overseas Private Investmen Corporation (OPIC) le concedió a la empresa un préstamo, dividido en dos partes, por 250 millones de dólares. Según el Senador, hoy en día la deuda está en unos 430.000 millones de pesos. Lo peligroso es que “en virtud de las condiciones de esa operación con la OPIC, si Isagén llegara a ser vendida a un privado, se tendría que salir a cancelar ese crédito y también se tendría que pagar una multa de 80 millones de dólares, que afectaría los intereses de sus socios minoritarios y también de EPM, que es dueña del 12,94% de las acciones” explica el Senador Lizcano.

Guillermo Rodriguez, abogado y columnista de semana.com, en su artículo “¿Por qué Isagen?”, publicado el 4 de agosto, cree que es un “mal momento para semejante decisión, el año electoral y un proceso de paz estancado por intereses en regiones estratégicas y desde luego por decisiones judiciales, hablando del marco jurídico para la paz, ojalá esta venta de gran impacto no sea parte de una estrategia distractora desde la casa de gobierno. Tengamos en cuenta que ello también es costumbre”.

Esperemos que la venta de Isagen no obedezca a una estrategia desesperada del gobierno Santos para aceitar la maquinaria reeleccionista, que en su afán por hacer obras de infraestructura que le permitan alargar su permanencia en la Casa de Nariño no termine matando a la gallina de los huevos de oro, por cuatro años más en el poder.

Por Estefania Pereira y Santiago Castro