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domingo, 20 de abril de 2014

lunes, 7 de abril de 2014

LO QUE NI SIQUIERA URIBE SABE


¿Sabe usted quiénes son Nora Tovar y Carlos Felipe Mejía? Debería, porque a partir del 20 de julio de 2014 ellos serán dos de las 18 personas que acompañarán al expresidente Álvaro Uribe en la bancada del Centro Democrático en el Senado. 

Con la mayor votación al Senado en 13 departamentos y más de tres millones de votos en ambas cámaras, el Centro Democrático (CD) se consolida como la segunda mayor fuerza política en el Senado y le da así continuidad concreta, con un peso real, a un proyecto político que estuvo ocho años en el poder. 

Alrededor del fenómeno político del Centro Democrático, que se formalizó en enero de 2013, luego de la reunión entre Marta Lucía Ramírez, Carlos Holmes Trujillo, Francisco Santos, Juan Carlos Vélez, Óscar Iván Zuluaga, Rafael Guarín y el expresidente Uribe, aparecen varios interrogantes. 

¿Ganaron o perdieron?
 Los uribistas más optimistas pronosticaron 45 curules en el Senado y ni siquiera alcanzaron la mitad. Sin embargo el CD ganó un puesto importante en cuanto a representación para promover o impedir la creación de leyes. “Todavía no sabemos qué se pierde, hasta que no pasen las elecciones presidenciales pero se nota una pérdida de estatus porque es un presidente que pasa a ser senador”, afirma Jhon Freddy Bedoya, docente e investigador del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia. 

El triunfo del uribismo en el Congreso se calculará en la medida en que se constituya como un palo en la rueda a la aplanadora de la Unidad Nacional, todo depende de las alianzas que concreten cada uno de los bandos; los partidos pequeños como el Polo, la Alianza Verde y Opción Ciudadana (antiguo PIN) serán el peso que incline la balanza. 

En el proceso de paz, el Polo y los verdes probablemente se aliarán con el Gobierno. Este es el tema de debate más esperado en el llamado “Congreso de la paz”. El otro es la reforma política impulsada por el Gobierno y ahí las cartas no están jugadas. Opción Ciudadana y una facción conservadora cercana al expresidente, seguramente lo seguirán en iniciativas en las que Uribe es toda una autoridad, por ejemplo, el tema de seguridad. 

Todo depende de cómo se conformen las fuerzas.

¿‘Congreso ilegitimo’?
 Álvaro Uribe declaró en Blu Radio: “(el Congreso) es ilegítimo por las amenazas y la violencia en muchas aéreas del país. Porque el gobierno utilizó una enorme cantidad de dinero a través de los parlamentarios y estos, muchos, dedicaron ese dinero a comprar votos”. 

El senador Musa Besaile Fayad, que obtuvo 145.402 sufragios, la mayor votación por el partido de la U, le respondió al expresidente en el periódico cartagenero El Universal: “Esa misma gente a la que el expresidente Álvaro Uribe hoy le quita legitimidad fue la misma que votó por él cuando aspiró a la reelección”. Además dijo que no puede ser bueno cuando a uno le conviene y malo cuando no. 

Y Besaile tiene razón. Semana divulgó una lista de 24 senadores que repiten curul y que, en el pasado, apoyaron al expresidente Uribe en sus dos mandatos. Además de Besaile, destacan Roy Barreras, Armando Benedetti y Olga Suárez Mira. 

Otra de las quejas recurrentes de los uribistas es que la mermelada de Santos mantuvo la mayoría de la Unidad Nacional en el Capitolio. La cabeza de lista de Cambio Radical, Carlos Fernando Galán, respondió en el Diario del Huila a estas críticas. “El Presidente de la República incide en unos ocho mil cargos a nivel nacional; de esos Santos hoy ha nombrado tres mil, cinco mil vienen de Uribe. Si hay alguien que tiene mermelada en puestos es el Centro Democrático, tienen el 60% de los puestos, entonces no entiendo cuál es el cuento. Ellos, que en escándalos de corrupción tienen su doctorado, ahora vienen a posar de que son los que supuestamente denuncian la corrupción, pues queremos ver cuál es exactamente la corrupción que están anunciando”. 

¿Uribe senador? 
A pesar de las calificaciones de ilegitimidad, Uribe afirmó en Blu Radio que se posesionará como congresista. Sin embargo, su pasado como presidente entra en conflicto con su presente como senador. Este caso sin precedentes está lleno de dudas jurídicas.

 “En el caso de las investigaciones que adelanta la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes hay una controversia y es si los miembros del partido del investigado pueden o no participar en la investigación”, explica Tulio Elí Chinchilla, abogado constitucionalista y quién durante un tiempo escribió, junto con José Obdulio Gaviria, los discursos de Uribe cuando éste era presidente. 

Para Chinchilla, los militantes de un partido “no pueden ser juez y parte, por eso hay una razón para recusar a los miembros del Centro Democrático que integren la Comisión para que se aparten de investigaciones contra Uribe”.

El problema es que la Comisión de Acusaciones, integrada por 15 miembros, podría quedarse sin quórum, si llegan a ser más de siete los representantes que tengan que declararse impedidos. 

En esta situación, sui géneris en la política colombiana, la aplicación de los fueros políticos causa controversia en la justicia. La cabeza de lista del CD no puede ser juzgada por un juez ordinario sino por la Comisión de Acusaciones de la Cámara, en un inicio, luego por una comisión de juzgamiento y si el delito es de carácter penal y no ocurrió en ejercicio como legislador, por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, con la que el expresidente tantas veces se ha enfrentado. 

Para María Cristina Gómez, doctora en Derecho: “el fuero de senador se mantiene solo mientras se está en ejercicio del cargo. En el caso de presidente el fuero se mantiene por siempre. El ahora senador Uribe tuvo fuero de gobernador, tendrá fuero de senador y cuando deje de serlo seguirá teniendo fuero presidencial”. 

¿Qué se viene para el Centro Democrático?
En plata blanca la fuerza del Centro Democrático radica en la figura del expresidente Álvaro Uribe, pues él fue el único candidato real dentro de la lista, el único que se vio en campaña y el único que apareció en las vallas. Ninguno de sus copartidarios tendría la capacidad suficiente para llegar al Congreso si no estuviese en una lista cerrada encabezada por él. Ni Óscar Iván Zuluaga, su candidato presidencial, tendría posibilidades de ser tenido en cuenta en la carrera presidencial. 

¿Cuáles son las pretensiones de Uribe? El expresidente, en sus años en el poder se ha asumido a sí mismo como quien tiene la última palabra. Uribe quiere cobrar el tiro de esquina y al mismo tiempo quiere cabecearlo. Por ello se ha cuidado de tener en su equipo a otro crack que lo mande a la banca. 

Y ante la imposibilidad de colgarse de nuevo la banda presidencial, tendrá que gobernar en cuerpo ajeno. En las elecciones territoriales de 2011, la posibilidad de que Uribe endosara sus votos a otro candidato no se dio, como sucedió con Carlos Mario Estrada y Federico Gutiérrez, candidatos a la gobernación de Antioquia y a la alcaldía de Medellín respectivamente, para citar un par de ejemplos. 

Este es también el caso de las votaciones a la Cámara de Representantes donde el CD ocupa un modesto cuarto lugar, detrás de los partidos de la Unidad Nacional. Solamente en Antioquia y Bogotá repuntó, mientras que en doce departamentos ni siquiera presentó listas. Para completar, entre los que alcanzaron a ganar una curul en la Cámara por la colectividad del expresidente hay dos nombres que aparecen cuestionados en la investigación realizada por la Fundación Paz y Reconciliación. 

Uno de ellos es Oscar Darío Pérez, cabeza de la lista cerrada del CD en Antioquia, que según la investigación “es la carta de Luis Alfredo Ramos, exgobernador que actualmente tiene medida de aseguramiento mientras se investigan sus nexos con varios exjefes ‘paras”. Ciro Ramírez, el otro cuestionado, representante electo por Boyacá, es según Paz y Reconciliación el “heredero político de su padre el exsenador Ciro Ramírez sindicado de tener vínculos con paramilitares”. 

Esos modestos resultados en la Cámara demuestran la poca fuerza que tiene la maquinaria uribista en las regiones. El voto por las listas del expresidente se puede catalogar entonces como voto de opinión, que generalmente se centra en las grandes urbes, mientras que en municipios pequeños, el voto tiende a estar amarrado por las maquinarias. En Antioquia, por ejemplo, le fue bien en algunos de los municipios más poblados como Medellín, Bello, Envigado, Marinilla, Apartadó y Puerto Berrío. 

“El Senado es más visible que la Cámara. El paquete Cámara-Senado no funciona tanto. No necesariamente hay emparejamiento entre Cámara y Senado porque los votos no van de la mano. Uribe no estaba en las listas de Cámara entonces eso desincentivo a la gente para votar”, explica el docente e investigador del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia, Jhon Freddy Bedoya. 

A pesar de esto Uribe ya demostró que puede hacer ganar a su candidato así tenga tan poca cercanía a la gente y tan poco fogueo en cargos de elección popular, como Juan Manuel Santos en su momento. La primera vuelta presidencial podría ser una especie de consulta, para que Uribe decida a quien entregar su caudal electoral, pues si bien Óscar Iván es el candidato de su partido todavía su campaña no despega. Enrique Peñalosa, ganador de la consulta verde siempre se ha mostrado cercano al expresidente –aunque está por verse si la Alianza Verde se traga ese sapo-. 

Y Marta Lucía Ramírez, su exministra de defensa y quien encabeza la facción uribista del Partido Conservador, es otra posible heredera ¿Quién se quedará con los votos del uribismo en la segunda vuelta? ¿Quién enfrentará a Santos? 

Probablemente esas respuestas no están todavía ni en la mente de Uribe. 

Para De La Urbe