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martes, 3 de marzo de 2015

LA PINTADA CULTURAL

La Pintada, en el suroeste antioqueño, posee una cultura prolífica resultado de la mezcla de un pasado aborigen, la conquista española y la colonización antioqueña; esta tradición cultural se difunde a través de la oralidad y  ha aportado a la construcción de los procesos identitarios de los pintadeños. Sin embargo, por un lado, se evidencia en las nuevas generaciones desinterés y desconocimiento acerca de la importancia histórica de la cultura y la narrativa oral de la región, y, por otro, el tema no ha sido abordado desde el periodismo y su difusión es casi nula. Este especio pretende dar a conocer algunos de los elementos que componen la tradición cultural de La Pintada y convertirse en una pincelada por la memoria del municipio más joven de Antioquia. 

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http://castroperiodista.wix.com/lapintadacultural

miércoles, 25 de febrero de 2015

LA HISTORIA DE UN MUNICIPIO RESUMIDA EN UN MURAL

En 1999 la artista María Elena Montoya pintó en un mural la memoria paisajística, histórica y cultural de La Pintada, población del Suroeste antioqueño.


La Pintada crece sobre las dos márgenes del río Cauca, al suroeste de Antioquia, en el piedemonte de las cordilleras Occidental y Central. Está cercada por prominentes masas de tierra y roca sedimentaria, modeladas durante siglos por la riqueza hídrica que baña la región. El municipio, que nació como asentamiento hacia 1920, atestiguó la barbarie de la conquista comandada por Jorge Robledo en los años de 1500, la colonización antioqueña por la época de 1800 y la esclavitud de negros e indígenas; por las venas de los pintadeños corre sangre negra y aborigen, en La Pintada, como en el resto del continente, la estirpe española se mezcló con la india y la africana. 


Por Carolina Saldarriaga y Santiago Castro.

lunes, 2 de febrero de 2015

LOS TESOROS ORALES DE LA PINTADA

Los caminos que indios, conquistadores y colonos trazaron en en este municipio del Suroeste antioqueño, hoy los recorren sus fantasmas convertidos por los habitantes en historias.

El sol arrecia en La Pintada, el cauce del Cauca tremendamente disminuido, tal vez por el verano, discurre lento hacia el Magdalena. De la antigua Calle Vieja hoy Calle Central emana el calor del sol de mediodía, que parece ser el mismo desde las seis de la mañana cuando despunta el astro por el oriente hasta las cinco y tanto de la tarde cuando la oscuridad lo consume. Desde el filo de Cerro Amarillo hasta el Paso del Bufu, en los farallones, vigila sus tesoros el mítico Cacique Pipintá. Los caminos que indios, conquistadores y colonos trazaron en La Pintada, hoy los recorren sus fantasmas convertidos por los habitantes en historias.

En el siguiente mapa están ubicadas algunas de las historias que hacen parte de la tradición oral de este municipio del Suroeste antioqueño.




Por Carolina Saldarriaga y Santiago Castro
Para De La Urbe

lunes, 5 de enero de 2015

¿CÓMO VA LA REINTEGRACIÓN?

El relativo éxito del proceso de reintegración colombiano ha llamado la atención de la comunidad internacional. Estigmatización y reincidencia de los excombatientes son los principales problemas.

 “Sigan trabajando por la construcción de la paz en Colombia”, esta fue la respuesta que dio el Papa a una exguerrillera que fue hasta el Vaticano a pedirle perdón por el daño causado a las víctimas y a Colombia en el conflicto armado. 

Ella hace parte de la delegación de dos exguerrilleras y una víctima que a finales de septiembre visitaron al Sumo Pontífice. Hoy en día, esta antigua combatiente representa el relativo éxito que ha tenido la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR). Ella, que fue reclutada siendo menor de edad y dejó las armas en 2006, hoy tiene una familia y un negocio de fotografía y diseño gráfico.



Según un estudio de Ideas para la Paz presentado en junio, por lo menos el 76% de las personas que inician el proceso de reintegración permanecen en la legalidad. Desde hace 11 años se inició en Colombia el proceso de desmovilización y reintegración a la sociedad de miembros de grupos armados ilegales, un proceso que dura en promedio unos siete años y tiene un costo directo de aproximadamente 5 millones de pesos por persona al año. 

“Si a estas personas en lugar de meterlas en la reintegración las hubieran mandado a la cárcel, el costo per cápita de un preso está entre 12 y 14 millones de pesos por año y la tasa de reincidencia, según un estudio del Congreso, es del 70%. Es decir, por casi la tercera parte del costo de tener un preso en Colombia, estamos logrando unos resultados que son casi tres veces mejores”, dijo el director general de la ACR, Alejandro Eder Garcés, en entrevista con El Colombiano.

Actualmente se encuentran 31.553 personas en proceso de reintegración (PPR), de las cuales el 68% (21.456) se concentran en 15 departamentos. Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Ejército de Liberación Nacional (ELN), Ejército Popular de Liberación (EPL), Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Ejército Revolucionario Guevarista (ERG), y hasta combatientes sin grupo armado identificado hacen parte de la reintegración.



Según la ACR, diariamente en el país se desmovilizan entre 4 y 5 miembros de grupos al margen de la ley. Hoy en día cerca de 16.000 están trabajando, a pesar de la estigmatización de las personas que quieren retomar una vida civil, la no terminación del conflicto armado incrementa la apatía. 

Municipios de los 15 departamentos donde se concentra el proceso de reintegración que porcentualmente tienen un mayor número de excombatientes vinculados (ver mapa).

Necoclí, en el Urabá antioqueño, considerada una de las cunas del paramilitarismo, es el municipio con mayor porcentaje de reintegrados en proceso. “Esto ha sido un proceso y nadie dice que es fácil, fue aprender a vivir, a comportarnos, a ser; pero hoy cuando miro atrás me doy cuenta de que esta fue la mejor decisión. Hoy le estoy construyendo un país a mis hijos”, manifestó Ana Naranjo, una de las mujeres que culminó su ruta de reintegración en 2013. 

Actualmente, en el mundo se adelantan cerca de 24 procesos de reintegración con los cuales Colombia tiene contacto con el fin de aprovechar la experiencia. “Estamos desarrollando una fase de cooperación en la cual va a haber una asistencia técnica entre ambos países y conjuntamente se van a establecer nuevas rutas y metodologías en reintegración y luego se va a desarrollar un piloto que implemente estos aprendizajes y la idea es que se puedan hacer réplicas y compartirse con otros países del mundo”, dijo el director del Programa Nacional de Desarme, Desmovilización y Reintegración (Pnddr) República Democrática del Congo, Ditend Yav Grevisse, a la revista Dinero. 

El relativo éxito del proceso de reintegración colombiano ha llamado la atención de la comunidad internacional y se ha convertido en un referente mundial. Ejemplo de ello es el proyecto cooperación que desde hace dos años se desarrolla con la República Democrática del Congo.

Por Carolina Saldarriaga y Santiago Castro.

Para De La Urbe


sábado, 20 de diciembre de 2014

"LO PRIMERITO FUE EL FERROCARRRIL"

Foto: Biblioteca Pública Piloto. 
La Pintada refleja la historia de muchos pueblos en Colombia que vivieron el auge y caída del transporte ferroviario. Cuando el tren que venía del Pacífico silbaba en el sector de La Felisa, La Pintada entera salía corriendo hacia la estación Alejandro López a recibirlo.  Cocadas, arepa con chorizo, limonada, café con leche, almuerzos en caja… todo esto se vendía a los viajeros, no quedaba nada. El pueblo giraba en torno al ferrocarril.

En 1933 el entonces corregimiento de La Pintada vio inaugurar su estación del Ferrocarril de Antioquia. Desde entonces han pasado más de ochenta años; para los habitantes del hoy municipio este fue un hito histórico que marcó la vida de la comunidad y que representó un impulso social, cultural y económico no repetido hasta el momento. 

“La estación y el ferrocarril marcaron un hito para todas las generaciones porque gracias a él se desarrolló el municipio”, comenta Wbeimar Restrepo, locutor de la emisora Farallones F.M. Gracias a la llegada del tren La Pintada fue elevada al estatus de corregimiento. A sus 82 años doña Francisca Ríos recuerda que en la zona “lo primerito fue el ferrocarril”. 

En el tren venía gente de todas partes del país y se iban quedando. La localidad se convirtió en un conglomerado de culturas y tradiciones. “Por eso La Pintada no tiene identidad propia sino que es de toda Colombia”, reflexiona don Gabriel Ríos, habitante del municipio. 

Durante siete años el tren fue el principal medio de transporte de la región. En 1938 se inició la construcción de la carreta que une al municipio con Medellín, la capital departamental, que fue terminada en 1940. Esta vía sería el primer golpe al transporte ferroviario del Suroeste antioqueño pues redujo el flujo de pasajeros, quienes preferían viajar en carro que en tren. 

“De las máquinas de vapor la gente se bajaba con los vestidos negros por el hollín”, recuerda doña Francisca, quien tuvo la oportunidad de viajar en este medio de transporte, como otra de las razones por las que el ferrocarril fue perdiendo cada vez más usuarios. 

Tres años más tarde se construyó un nuevo puente sobre el río Cauca para remplazar al anterior que era muy inestable. Esta nueva estructura conectó a Antioquia con el sur de Colombia y se constituyó como parte de la vía Panamericana, que cruza el continente desde Alaska hasta la Patagonia. 

Hasta 1961 el ferrocarril logró competir con los buses.  El 15 de agosto de este año la empresa Ferrocarril de Antioquia es liquidada y vendida a la Nación, y comienza a hacer parte de Ferrocarriles Nacionales. 

Once años después de la liquidación del Ferrocarril de Antioquia el tren dejó de ser un medio de transporte eficiente y finalmente en 1972 dejó de pasar por La Pintada. El vació que quedó en la comunidad hasta hoy ni el turismo –principal actividad económica- ha podido llenarlo.

“Después del ferrocarril las personas que vivían de él tuvieron que aprender otros oficios ya siendo viejos para poder sobrevivir, porque todo funcionaba en torno al tren”, recuerda Wbeimar que le contó su papá, jefe de patio del ferrocarril. 

“La Pintada es algo gracias al impulso que el ferrocarril nos dio, todavía esperamos que algún día el tren regrese y nos devuelva la grandeza que tuvimos hace tiempo”. Lo dicho por don Gabriel Ríos refleja el sentimiento de muchos pueblos en Colombia que se quedaron como un tren varado, que sienten que no avanzan. Actualmente hay proyectos para rehabilitar los 3.000 kilómetros de línea férrea nacional existentes pero su materialización es aún incierta.


Para ver la línea de tiempo de la historia de La Pintada haga clic aquí.

Por Carolina Saldarriaga y Santiago Castro V.
Para De La Urbe