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sábado, 16 de junio de 2012

"YO TE CUENTO", UNA INICIATIVA QUE BUSCA COMPENSAR A LAS VICTIMAS DEL DESPLAZAMIENTO


Una de las actrices en la obra, en la que participan desplazados por la violencia, narró cómo el arte le ha servido para “sacar todo ese dolor” que le dejó su desplazamiento.

“¡Yo tengo miedo a que siempre que vayamos nos digan que no!”, dijo Josefina Zuluaga, una mujer de estatura baja y tez trigueña, ante una centena de espectadores que la observaban en el Teatro Universitario Camilo Torres Restrepo. Ella hace parte de la obra “Yo te cuento”, una iniciativa del Programa de Atención a Víctimas del Conflicto de la alcaldía de Medellín, con el que se busca resarcir mediante el arte a las victimas, en este caso del desplazamiento.

En el montaje de la obra que surgió de los Talleres de Recuperación de Memoria se busca retratar las vivencias de 27 desplazados de distintas partes de Antioquia. “Reparar a través del arte es fundamental. La mayoría de estas personas estaban muy decaídas. Tenían mucho miedo sobre todo a esa brecha que existe entre los desplazados y los locales", expresa Beatriz Ángel, directora de la obra.

Josefina tiene 60 años y vive en el barrio Villatina, Oriente de Medellín, donde llegó después de un recorrido que inició en 2002, cuando decidió venirse de Argelia, un municipio a 146 kilómetros en el Oriente de Medellín.

El 6 de diciembre de 2000, guerrilleros del frente 47 de las FARC se tomaron el pueblo, dejando 23 personas muertas y 20 heridas. De allí en adelante comenzó el régimen de “Karina”, jefa del Frente 47, pues tras el ataque el Gobierno retiró a la fuerza pública. 

A pesar de todo el dolor por el que han tenido que pasar, Beatriz Ángel argumenta que “con esta obra se empieza a cambiar, desde su actitud hasta la manera como empiezan a visualizar su futuro. De todas maneras todavía no hay posibilidad de retorno. En alguna manera es una falacia hablar de reparación en medio del conflicto. Aunque estas personas han recuperado gran parte de su alma".

Nora Muñoz, trabajadora social, explica que desde la academia hay un gran debate sobre el concepto de reparación. “Aunque el arte puede ayudar a incidir en que los hechos de violencia no se vuelvan a repetir, no se puede hablar de reparación porque nadie podrá devolver a los muertos o la tranquilidad a los campesinos que les tocó salir de sus tierras. Estas expresiones artísticas sirven es para asimilar el dolor”.

Josefina recuerda que en 2002, a raíz de su empleo por 18 años en la empresa de comunicaciones EDATEL, comenzó a recibir “boleticas”, amenazas de muerte que provenían de las FARC, por ese entonces, “amos y señores del pueblo”, en las que decía que ella atendía a personas hostiles al grupo ilegal.

“Me tocó pedir limosna en Buenos Aires. Llegué sin nada y aquí fui consiguiendo”. Cuenta que al principio vivía sola, pero luego consiguió un compañero sentimental que le ha ayudado económicamente. Otro gran apoyo para ella han sido los otros argelinos desplazados.

Esta es la cuarta presentación de la obra. Josefina dice que le ha ayudado a sanar las heridas de lo sucedido en Argelia. “Por el momento, no pienso regresar porque el pueblo se está volviendo a revolcar, se está poniendo feo. Vamos a ver cuánto más aguanto por acá".


Por Santiago Castro V.

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