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lunes, 6 de junio de 2011

Escrito "ELENA…NO"

Abruptamente me muevo como un péndulo sin cesar,  mientras Elena que me sostiene en su cuello, me reza para que ninguna de las balas lo alcance. Su corazón late a mil por segundo, mientras se escabulle por los estantes de ésta  oscura bodega.

Ya iba a coronar sólo le faltaba subir los dos últimos peldaños para llegar a la tan anhelada ventana que seria su escape. Mientras subía gritaba-  !dales gatillo  pues guevón! Al terminar de treparse por el estante le agarro rápidamente la mano al Niki , cuando de pronto sitió un dolor extraño en su espalda, era algo que no sentía desde hacia un buen tiempo, este recuerdo lo dejo pasmado, sólo reacciono al escuchar las ráfagas de de la Mini-Uzi de Niki, éste después de pegarles una fumigada a esas gonorreas, lo arrebato rápidamente a la lleca  donde Bacteria les abría rápidamente las puertas de la Trooper.

Después de subir al agonizante Elena al carro, Bacteria aleteaba a Niki diciéndole- esta pichuria como deja al patron atrás, vos si sos muy marica, ojalá  que la firma se recupere o sino yo mismo te pongo a chupar gladiolo gran malparido. Gritaba mientras manejaba a la lata para llegar al puesto de salud del Barrio.

Al llegar, Pulga los esperaba con todo listo, tenía a los doctores encañonados y prestos a realizar el encarguito. Ya estaban terminando de coserle las heridas al Elena. Cuando Bacteria que  estaba en la esquina pendiente si había visaje vio como una parca se acercaba para el puesto de salud, éste al ver que la tomba se acercaba al soco, se tiro al piso y los encendió con su fierro. La respuesta de la policía no se hizo esperar y rápidamente atraparon al Bacteria que inútilmente emprendió la huida, pero  sus pequeñas piernas no le permitieron ganarle a la ley. Al llegar al puesto de salud cogieron de sorpresa al pulga que se encontraba rezándole a la María Auxiliadora, éste  al ver la Metra tan lejos de su alcance no tuvo más opción que juntar sus cortas manos, mientras uno de los tombos las esposaba. Al Elena se lo llevaron con camilla y todo, menos mal que estaba inconsciente o si no los hubiera insultado a más no poder.

Cuando iban en el carro de la policía a la estación, se escuchaba a uno de los agentes hablar por el radioteléfono – Mi comandante cogimos a la banda de… ¡Los Pitufos!, casi que no. Las puertas de la estación estaban abarrotadas de periodistas que querían ver por sus propios ojos las caras de estos bandidos que sin lugar a dudas no habían pasado desapercibidos por la opinión pública, debido tal vez a la excentricidad de ser el único combo de Medellín compuesto únicamente por enanos.

Después de organizarlos en la cana y de mandar a Elena para la clínica por su grave estado de salud, ya que su operación la habían realizado en precarias condiciones y sus heridas se habían infectado. Empezó  uno de los juicios con mayor cubrimiento de los medios. Todos querían conocer sus historias, escuchar sus experiencias y su novedoso modus operandi. Todos se sorprendían al escuchar como se escondían en casi cualquier parte y como se camuflaban entre los preescolares para cometer sus crímenes.

Al culminar el juicio el Pulga, Niki y Bacteria fueron condenados por sus delitos, mientras  que Elena considerado el cabecilla de la banda se debatía entre la vida y muerte en la Clínica de la Policía. Y yo todavía me sigo culpando por no haberle hecho caso a sus rezos, siempre colgando  alredor de su cuello. Que todos se mueran pero Elena…no.

Nota: En este escrito se usó Parlache.
Por Santiago Castro V

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